
Para los refugiados sirios regresar aún no es sinónimo de seguridad.
Han pasado más de 10 años desde que millones de sirios se vieron obligados a huir de su país escapando de la guerra, la violencia y la persecución tras el inicio del conflicto en 2011. Aunque la caída del régimen de Assad, el pasado 8 de diciembre de 2024, generó esperanzas de retorno para muchos, la realidad sobre el terreno sigue siendo muy compleja y, para la mayoría, regresar aún no es sinónimo de seguridad.
Según ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados), desde esa fecha, alrededor de 400.000 refugiados sirios han regresado desde países vecinos y más de un millón de desplazados internos (IDP) han vuelto a sus lugares de origen dentro de Siria. En total, más de 1,4 millones de personas se han aventurado a regresar a casa.
Sin embargo, el panorama dista mucho de ser alentador.
¿Ayuda real o promesas vacías?
En marzo de este año, la Unión Europea acogió la Novena Conferencia de Bruselas “Solidaridad con Siria”, en la que se comprometió a destinar casi 2.500 millones de euros entre 2025 y 2026 para apoyar la recuperación económica del país y cubrir necesidades humanitarias tanto dentro de Siria como en los países de acogida (Jordania, Líbano, Irak y Turquía).
A pesar de este anuncio, ACNUR ha advertido que gran parte de la ayuda prometida no se ha materializado a tiempo. Esto representa un riesgo grave: quienes regresan podrían encontrarse con un país aún destruido, sin servicios básicos, infraestructuras en ruinas, acceso a sanidad o agua potable deficientes o inexistentes.
Alianza Solidaria: junto a los más invisibles
Desde hace más de una década, Alianza Solidaria ha estado al lado de los niños refugiados sirios en Líbano, especialmente de aquellos que no cuentan con certificado de refugiado o, ni siquiera están inscritos en los registros oficiales. Estos niños son conocidos como “niños invisibles”. El objetivo de nuestro proyecto es ofrecerles apoyo integral: alimentos, educación, atención sanitaria, apoyo emocional y asesoría legal.
Entre el anhelo de volver y la realidad que obliga a quedarse
“Una de las familias que apoyamos partió de regreso a Siria con la esperanza de que podrían empezar de nuevo. No tenían respaldo de ninguna gran organización y, poco tiempo después, regresaron. No encontraron condiciones para vivir con un mínimo de dignidad”, cuenta la responsable del proyecto.
Nos preguntamos qué sintieron los niños cuando sus padres, con emoción y esperanza, les anunciaron que volverían a su país, un lugar que nunca han conocido porque su única realidad siempre ha sido la de los campamentos.
La realidad de estos niños y niñas que han nacido fuera de su país de origen es que no tienen acceso a una educación formal, ni a atención médica y algunos deben trabajar desde pequeños; comparten baños y duchas comunitarias y no cuentan con parques infantiles (quizá ni saben que eso existe).

Una niña de nuestro centro haciendo su tarea fuera la tienda
Por lo tanto, el deseo de regresar existe . Porque, ¿quién no desea volver a casa?, pero aún no existen los medios ni las garantías básicas para hacerlo con seguridad. Mientras no se asegure el respeto a los derechos fundamentales, muchos refugiados seguirán atrapados en un limbo: no pueden regresar, pero tampoco pueden quedarse donde están.
¿Cómo puedes ayudar?
Alianza Solidaria ha adquirido un compromiso con los refugiados sirios que siguen fuera de su país, y a través de nuestro proyecto trabajamos para mantener su esperanza mientras un retorno digno y seguro se convierte en una realidad. Pero no podemos hacerlo solos.