¿Qué harías si, siendo apenas un adolescente, tuvieras que convertirte en padre y sostener a toda tu familia? Esta es la realidad que han vivido siete hermanos de Huaraz, Perú. Su historia refleja las duras consecuencias de la vulnerabilidad, pero también la fuerza transformadora del del apoyo de donantes y padrinos, y del acompañamiento integral a familias vulnerables a través de Turmanyé.
Una infancia marcada por la pérdida y la adversidad
Todo comenzó cuando la madre falleció a causa de un cáncer de útero. El padre, lejos de asumir su responsabilidad, abandonó a los siete hijos, que quedaron a la deriva. El mayor, Abel, con tan solo 14 años, tomó la responsabilidad de cuidar a sus hermanos. Sin embargo, pronto fueron víctimas de maltratos, negligencias, llegando incluso a situaciones de abuso que marcaron profundamente su infancia.
En medio de tantas dificultades, algunos de los adolescentes se vieron obligados a trabajar y otros enfrentaron embarazos a muy temprana edad, abandonando el colegio. A pesar de ello, el deseo de superación nunca desapareció.
Esta historia da un giro gracias al apoyo de donantes y padrinos.
En 2022, el equipo de Turmanyé conoció el caso, y gracias al apoyo de los donantes y padrinos de Alianza Solidaria, elaboró un plan de intervención para esta familia, con el fin de evitar, entre otras cosas, que los menores acabaran institucionalizados. Desde entonces, se ha brindado un acompañamiento personalizado, adaptado a las necesidades de cada hermano: apoyo escolar para los menores, orientación y acompañamiento psico-social para los adolescentes y jóvenes, y respaldo emocional y espiritual para toda la familia.
Además, gracias al apadrinamiento de los hermanos menores, pudieron tener refuerzo escolar, lo que les ayudó mucho en su escolarización.
Pequeñas victorias que abren grandes caminos
Hoy la historia de estos siete hermanos es distinta. Abel logró terminar sus estudios en mecánica y trabaja en un taller para apoyar a sus hermanos menores. Martín y Danilo continúan en el colegio. Eduard estudia Derecho en la universidad, mientras combina sus estudios con el trabajo para sostener a su hija. Aranza, a pesar de ser madre joven, terminó la secundaria,y estudia una carrera técnica y trabaja en una pastelería. Jhosara retomó sus estudios a distancia y hoy está próxima a culminar la secundaria. Mayli también finalizó sus estudios básicos y actualmente mantiene un pequeño negocio en Caraz para sostener a su hijo.
Aunque el camino no ha sido fácil, cada logro es un testimonio de resiliencia. El acompañamiento del equipo de Turmanyé, sumado a la valentía de estos jóvenes, está marcando la diferencia en su entorno.
El valor de la prevención
Este caso nos recuerda que, detrás de cada rostro, hay sueños y ganas de superación que solo necesitan ser acompañados. Por eso trabajamos en la prevención, para evitar la institucionalización y la separación de los niños de sus familias. Lo hacemos a través del apadrinamiento y el fortalecimiento familiar, brindando acompañamiento psicosocial, emocional y espiritual (https://alianzasolidaria.org/que-hacemos/prevenir-y-defender/)
Tú también puedes ser parte del cambio
Hoy, esta familia de Huaraz sigue escribiendo su historia con valentía y esperanza. Pero aún hay muchos niños y niñas en situaciones vulnerables que esperan una oportunidad. Con tu ayuda, podemos seguir transformando vidas y romper el círculo de la pobreza y la exclusión.
👉 Con solo 22 euros al mes puedes apadrinar a un niño una niña. ¡Y haz que su vida funcione!
👉También puedes apoyar regularmente o de forma puntual con 10€, 15€, 20€…
Elige cómo quieres cambiar una vida… lo importante es empezar hoy.










