«Esta mañana, mientras iba a comprobar la situación en nuestra ciudad, me encontré con un joven sentado al borde de la carretera junto a su mujer y sus dos hijos, de 12 y 10 años. Su rostro estaba pálido y las lágrimas corrían por sus mejillas, mientras su mujer trataba de ocultar el dolor, intentando aliviar las cargas de la familia. Los niños yacían en el suelo, dormidos, con aspecto enfermo y visiblemente agotados. Le pregunté qué le sucedía. Me respondió con voz triste: ‘¿Por qué tenemos que vivir sin casa? Esta es la segunda vez que me desplazan. Soy sirio y huí durante la guerra hacia Líbano buscando seguridad después de que mi familia lo perdió todo. Tras instalarnos en una aldea del valle de Bekaa, comencé a trabajar en la agricultura y me casé. Ahora, me veo obligado a marcharme de nuevo, después de que los bombardeos se intensificaran. Perdimos nuestra modesta casa y a dos amigos. Nos vimos forzados a huir. Ahora estamos sin hogar y no tenemos a nadie.’
Le pregunté: ‘¿Por qué no regresas a Siria?’ Con una expresión triste, me respondió: ‘Ojalá pudiera. Pero allí ya no tengo nada, y además, estoy suspendido del servicio militar. Tendría que pagar una suma enorme que nunca podría reunir, ni siquiera ahorrando durante diez años.’ Y luego susurró: ‘Que Dios nos ayude.’ Esta es la realidad del 80% de los refugiados sirios en Líbano. En cuanto a los libaneses desplazados por los bombardeos, tampoco están en mejores condiciones», nos comenta Izdihar, responsable del proyecto de Refugiados en Líbano.
‘¿Qué postura deben adoptar los cristianos ante la guerra? Cuando creemos que nuestra causa es justa, ¿debemos recurrir a la violencia para defender nuestros intereses y territorios? ¿O deberíamos seguir las palabras de Jesús sobre amar a nuestros enemigos (Mateo 5:43-44) y asumir que la postura cristiana auténtica es el pacifismo? Son preguntas complejas…’, así reflexionaba Jim Memory, Director Regional del Movimiento Lausana Europa, en nuestra revista de hace dos años que dedicamos a este tema (En este enlace puedes leer el artículo completo).
Las consecuencias de la guerra son numerosas, y una de ellas se está desarrollando ahora mismo en el sur de Líbano. Muchos libaneses y refugiados sirios están huyendo hacia el norte del país, escapando del conflicto. Una vez más, el refugiado sirio huye por segunda vez, ahora como desplazado en un país que no es el suyo, mientras el libanés se convierte en desplazado en su propio país. Unos no dejan nada porque nada tienen, mientras los otros comienzan a perderlo todo. ¿Adónde ir? La mayoría huye hacia el norte del país.
Qué está pasando en el Centro de Refugiados
“Todas las actividades que se realizan en el Centro de Refugiados, proyecto apoyado por AS, quedan aplazadas para atender a los desplazados sirios y libaneses, ya que el número ha aumentado considerablemente y la necesidad es mayor. Este mes, nos centraremos en proporcionar asistencia humanitaria y psicológica a los afectados en los refugios, ofreciéndoles alimentos, medicamentos, ropa y combustible para la calefacción, dado que el invierno se acerca. También hay una necesidad urgente de leche maternizada. Realizaremos campañas de tratamiento, especialmente para los niños que han sufrido daños psicológicos”.
También comenta Izdihar: «Casi 4.000 libaneses viven actualmente en escuelas, iglesias, museos o con amigos y familiares. En solo unos días, 700 personas han muerto y más de 8.000 han resultado heridas, muchas de las cuales podrían no sobrevivir. Hemos abierto nuestro hogar a los refugiados, pero vivir en el valle de Bekaa no es seguro. Todo el país parece estar sin vida.» Otra mujer añade: “Nunca nos acostumbraremos a esto, ni deberíamos hacerlo. El mundo tampoco debería acostumbrarse. ¿Lo superaremos? Sí, pero nunca sanaremos. Quedaremos marcados para siempre por las personas que hemos perdido”.
En otras situaciones de conflicto, activas ahora, no podemos estar presentes ayudando a los afectados. En esta sí. De hecho ya se está haciendo desde el Centro de Refugiados.
Desde AS te invitamos a colaborar con nosotros para ayudar a los más necesitados sin importar su origen.