Recibir las camas fue una gran sorpresa para todos, preguntaron varias veces si realmente eran para ellos y no perdieron oportunidad para llevar cada parte de la cama a sus casas sin importar lo que pesaran mientras lo subían por las elevadas calles con escaleras. Dos días después al regresar al lugar para visitarles, las casas literalmente eran diferentes: las casas estaban limpias y organizadas y tenían un aspecto era acogedor .
Los niños, que ese día estaban en el club contaron a sus compañeros y maestros que tenían camas, y sábanas y mantas nuevas. Incluso, los vecinos estaban impactados pues mientras esperábamos entrar en las casas decían que la familia estaba muy feliz y que los vieron limpiar y sacar todo de las pequeñas casas para organizar sus nuevos muebles hasta muy tarde.
Gracias a todos los que estáis haciendo posible que estás familias tenga un lugar para descansar.