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Fernando es un destacado gimnasta profesional

Fernando es un destacado gimnasta profesional

A veces, una sola oportunidad puede cambiar una vida para siempre. Este es el caso de Fernando Larrahondo, un niño apadrinado del Colegio Bautista Emaús, apoyado por Alianza Solidaria. Hoy, Fernando es un destacado deportista profesional en gimnasia artística, llevando el nombre de Colombia a lo más alto.

Fernando creció en un hogar lleno de amor pero con recursos limitados. Sus padres, a pesar de sus esfuerzos, no podían costear una educación de calidad. Sin embargo, la vida le tenía reservado un regalo especial: Antonia y Antonio, dos personas que decidieron apadrinarlo.

«Estaba muy agradecido con ellos porque, gracias a su ayuda, pude obtener una beca escolar que me permitió estudiar la primaria en un colegio donde no solo nos enseñaban formación académica, sino también valores cristianos, algo que nos preparaba para la vida. La beca también ayudó a mi familia porque no tuvieron que asumir todos los gastos de mis estudios», destaca Fernando.

Hoy en día, Fernando es un destacado gimnasta profesional. Compitió en los Juegos Panamericanos en Chile, donde obtuvo una medalla de bronce. Sin embargo, hace algunos meses, sufrió una lesión mientras competía en El Cairo (Egipto), lo que lo dejó fuera de los Juegos Olímpicos de París 2024. A pesar de la adversidad, su espíritu de perseverancia lo impulsa a seguir adelante: «Todo es un proceso y esto acaba de empezar», asegura mientras se recupera.

Además de su carrera deportiva, Fernando está en el segundo año de la carrera de Fisioterapia en la Universidad Escuela Nacional del Deporte. «Mi mayor sueño es participar en unos Juegos Olímpicos, terminar mi carrera profesional como fisioterapeuta, y cuando finalice mi etapa como deportista de alto rendimiento, seguir siendo parte del deporte a través de mi profesión, en la selección Colombia», afirma. 

Y es que, apadrinar es invertir en el futuro de un niño o una niña. Por eso, Fernando desea también devolver lo que ha recibido, apoyando a niños y niñas vulnerables ofreciéndoles las mismas oportunidades que él tuvo. «Mi deseo es poder impactar a las personas, y apadrinar a un niño o niña sería una buena forma de hacerlo», comenta con entusiasmo.

Cuando decides apadrinar, estás sembrando esperanza en la vida de un niño o niña. Puede que no veas los frutos de inmediato, pero tu ayuda será el comienzo de algo grande. Así como Antonia y Antonio sembraron en Fernando, tú también puedes ser el motivo por el cual un niño acceda a una educación de calidad y a una vida llena de oportunidades. ¡Cada pequeño acto de generosidad tiene el poder de transformar una vida!

Al igual que Fernando, hay miles de niños y niñas esperando una oportunidad. Tu apoyo puede hacer la diferencia. Apadrinar no es solo un acto de generosidad, es una inversión en el futuro de un niño que, con tu ayuda, puede llegar a lograr cosas increíbles.

Porque cuando apadrinas, siembras sueños, esperanza y oportunidades. 

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