El proyecto de Alimentación Venezuela sigue progresando, y no solo en cuanto a la asistencia nutricional, sanitaria y educativa, sino también a la hora de equipar con recursos a la población autóctona.
Uno de los objetivos de la iniciativa, apoyada por Alianza Solidaria, era el de adecuar y mejorar las instalaciones de la cocina y el comedor de la iglesia que acoge el proyecto en Riohacha, en la frontera colombiana con Venezuela. Y ahora ya es una realidad.
Después de un trabajo de difusión previa, por parte de Alianza Solidaria, se ha conseguido un donativo de parte de una empresa y de particulares con el que se han podido arreglar las paredes y el suelo de la cocina, la instalación de gas y de electricidad, adecuar unas escaleras de acceso y la puerta del baño.
Esta actuación es importante porque el comedor en Riohacha atiende a 60 niños y niñas. Se trata de un lugar estratégico, al encontrarse cerca de la frontera con Venezuela, al que llegan muchas familias que salen del país. Según explican voces desde allí, la situación es dura y hay muchas familias durmiendo en las calles, por lo que la atención realizada a través del proyecto cobra una especial importancia. El Departamento de Migración de Colombia asegura que el 95% de los venezolanos que residen en Riohacha y la región de La Guajira sobreviven con trabajos ambulantes, incluso a través de la prostitución, “que no generan mayores ingresos” y califica de “saturado” el estado de la ciudad.
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