Ha sido impactante ver cómo una idea solidaria ha logrado convocar a muchos para colaborar con el proyecto de filtros de arena unifamiliares que, desde Alianza Solidaria, se apoya en Bocachica, una pequeña isla de Cartagena de Indias (Colombia), zona turística y considerada Patrimonio de la Humanidad. El acceso a esta isla es a través de botes precarios, pero su principal problema es la mala calidad del agua, por lo que la mayoría de las familias que viven allí se ven obligadas a comprar agua a terceros y en unas condiciones deplorables.
Un joven profesor de instituto, Raúl Rodrigo, ha tenido una excelente idea para apoyar el proyecto de los filtros de arena. Pensó que era un reto muy asumible, así que animó a los chicos de su iglesia, de entre 7 y 15 años, a convertirse en canales del amor de Dios de una forma muy práctica. Les presentó la idea e inmediatamente llevaron a cabo diversas e interesantes iniciativas como un PPT, que presentaron ellos mismos en la iglesia; organizaron un mercado de dulces donde también han podido vender artesanía gracias a que involucraron también a personas mayores de la iglesia, e incluso muchos donaron el importe de sus «pagas». Por último, decidieron destinar algún dinero procedente de las ofrendas de las escuelas dominicales para poder conseguir su «primer filtro».
Tanto ha sido el entusiasmo de los jóvenes que decidieron conseguir los recursos para un segundo filtro, a través de un mercadillo de dulces en el que colaboró toda la iglesia. El tercer filtro pronto será una realidad a la vuelta del verano, gracias al entusiasmo de unos niños y no tan niños que han querido mostrar que lo de «amar a tu prójimo como a ti mismo» no es tan solo una frase bonita, sino que es un deseo profundo que Dios ha puesto en sus corazones.
Muy consciente de que queda mucho por hacer, Raúl decidió presentar el proyecto de los filtros en la «Semana cultural» del Instituto donde él imparte clases y dónde, casualmente, el tema propuesto para la semana era «el agua». Lo planteó a la dirección del centro desde un punto de vista meramente solidario, consiguiendo el visto bueno de la misma. En colaboración con la profesora de religión católica presentaron el proyecto a un grupo de alumnos de 3º de la ESO, animándoles a involucrarse en ello. La respuesta fue muy buena porque un número significativo de estudiantes se animaron a colaborar y procedieron a formar un grupo de trabajo que se dedicó a elaborar folletos, que fueron repartidos entre sus compañeros y profesores, un cartel explicativo, y además pusieron en marcha, en la cafetería del Centro, unos días a la semana donde vendieron bizcochos, pizzas, perritos calientes, preparados por ellos mismos o sus madres. El trabajo de dos meses fue suficiente para recaudar fondos para un filtro y algo más; y el compromiso es el de continuar apoyando esta causa a favor de los más necesitados.
Folletos realizados por los chicos del Instituto
Gracias a todos los que han participado en esta labor.