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Teresa, maestra infantil y una joven ex-apadrinada, nos cuenta por qué tiene la misma profesión que su madrina y además responde a estas preguntas: ¿Hay esperanza para un niño o niña sin progenitores? ¿Vale la pena apadrinar a niños y niñas en situación de exclusión social? 

M MADRINA FUE MI INSPIRACION

Teresa con su familia

La historia que leerás a continuación refleja el amor genuino e incondicional de una madrina que decidió apoyar a una niña en situación de abandono.

Mi nombre es Teresa, nací en Huaraz, Perú. Mi mamá falleció en el año 2005 y mi padre, era una persona mayor y se encontraba mal de salud y sin trabajo, por lo que no podía cuidarnos y educarnos. Por eso, los Servicios Sociales de la zona,  al observar nuestra situación familiar, decidieron enviar, a  mi hermano el pequeño con una tía materna y a los tres hermanos restantes nos trasladaron a la Casa-Hogar Arco Iris, apoyado por Alianza Solidaria, a través del programa de Turmanyé. Así llegué a la Casa cuando tenía 8 años de edad. 

Ya en la Casa, tuvimos que aprender toda la dinámica del hogar. También me comunicaron que tenía una madrina, una persona que me apoyaría, y que podría comunicarme con ella a través de cartas. Fue así como las dos comenzamos una amistad. Yo le compartía mis experiencias,  solía contarle lo que me pasaba, cómo llegué a la Casa Hogar, los avances de mis estudios, etc. Mi madrina me solía animar y me daba palabras de Esperanza. En una oportunidad recuerdo que me dijo: “Teresa, tienes un Padre en el cielo que nunca te abandonará”. 

Tuve la oportunidad de conocerla porque vino a visitarme a Perú. Me contó que era maestra de Primaria y muchas más cosas, pero lo que me impactó fue el trabajo que hacía con los niños. Eso influenció, más adelante,  en mi elección vocacional y académica.  Estuve apadrinada 10 años hasta que salí de la Casa. 

SU LUGAR FAVORITO

Teresa con sus alumnos

Gracias al apoyo del Programa de Emancipación de Turmanyé, pude graduarme como Maestra de Inicial. Actualmente, estoy trabajando en mi profesión. Agradezco a mi madrina por sus palabras y por su apoyo durante el tiempo que estuve en la Casa. 

Esta es una de las tantas historias de las que hemos sido testigos y que nos muestra el impacto que tienen, sobre la vida de un niño, las palabras de ánimo y el hecho de saber que alguien le tiene en cuenta y está dispuesto a acompañarle y ayudarle en su proceso de vida, como fue el caso de Teresa y su madrina. 

También sabemos que, dada la situación socioeconómica de la que provienen, y toda la problemática psicosocial y familiar asociada, el rumbo de la vida de estos niños fácilmente puede acabar en abandono escolar, chicos en situación de calle, riesgo de drogadicción, de embarazo precoz, … y en el peor de los casos, en suicidio.   

Juntos podemos…. hacer que la vida de un niño o niña vulnerable cambie, cobre esperanza y funcione.  ¿Te animas y apadrinas? 

APADRINA AHORA

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