A la situación de crisis política y económica que ha estado viviendo Venezuela, y que ya tenía a un tercio de su población en situación de inseguridad alimentaria, se ha unido ahora la pandemia del coronavirus.
Si la consecuencia directa de la pandemia ha sido agravar el problema del hambre en muchos países, uno de los más seriamente afectados es Venezuela. Los niños se han visto especialmente perjudicados porque la poca, o nula ingesta de proteínas, vitaminas y minerales, no les está permitiendo alcanzar el desarrollo normal acorde a su edad. A modo de ejemplo, la deficiencia de vitamina A repercute en la bajada de sus defensas, que unido a una vacunación incompleta, o inexistente, de enfermedades prevenibles, ha incrementado la aparición de enfermedades como el sarampión, la varicela, las paperas, la tos ferina, el tétanos… llegando en muchos casos a desenlaces mortales. A ésta hay que unir las consecuencia de otras deficiencias.
Con este proyecto se pretende empoderar a las familias venezolanas con problemas de desnutrición y a iglesias que ofrezcan atención a familias vulnerables, para gestionar la crisis utilizando sus propios recursos. Para ello se les proporcionarán semillas y los conocimientos necesarios para cultivar huertos de los que extraer hortalizas y leguminosas, principal fuente de vitaminas, minerales y proteínas vegetales de gran calidad.
Objetivo: Capacitar a familias con problemas de desnutrición y a líderes de iglesias de 5 localidades de Venezuela para que adquieran conocimiento y habilidades para la producción de sus propios alimentos mediante el cultivo de hortalizas y leguminosas, para ellos y para su comunidad.
Que pretendemos conseguir con este proyecto:
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Empoderamiento de la población. Implantar un sistema de autogeneración de alimentos básico para su propio beneficio y el de su comunidad.
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Disminuir el gasto en alimentos básicos.
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Mejorar la nutrición de las familias, niños y adultos mayores, permitiéndoles alcanzar niveles adecuados de nutrición, salud y seguridad alimentaria.
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Efecto multiplicador mediante la creación de una guía de buenas prácticas y vídeos que ayude a capacitar a más familias, a través de su experiencia.
Beneficiarios
Familias con problemas de desnutrición y extensible a iglesias que ofrezcan atención a familias vulnerables.
¿Dónde se desarrollará el proyecto?
En localidades de Guacara, Maracay, San Joaquín, Libertador, Barlovento, Los Teques, Charavalle y Cartanal. (Estado Miranda y Estado Carabobo) donde más evidencias se tienen de la dificultad de las familias para adquirir alimentos.
¿Cómo lo vamos hacer?
1. Seleccionando a los beneficiarios que cumplan dos criterios:
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Que tengan acceso adecuado a agua.
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Vivir en zonas con dificultades para adquirir alimentos pero que dispongan de terrenos (pequeños o medianos) considerados fértiles
2. Proporcionando semillas y demás recursos necesario para el sembrado y cuidado de los huertos
3. Proporcionando asesoramiento y seguimiento técnico a las familias seleccionadas en todas las fases del proyecto. Ofreciéndoles los conocimientos necesarios para el sembrado y el cuidado del huerto.
4. Ofreciendo acompañamiento emocional y espiritual a las familias, durante y después del proceso.
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