El acceso al agua potable es un reto en determinadas zonas rurales y urbanas de Venezuela. En los barrios de Nelson Mora e Integración Comunal, de la ciudad de Maracaibo, se lleva a cabo un proyecto de formación en saneamiento de agua apoyado por Alianza Solidaria.
La iniciativa, que forma parte del programa Alimentación Venezuela, reúne a un grupo de madres de niños usuarios del proyecto, con el objetivo de formarlas a la hora de reconocer el agua en mal estado y tratarla. “Es importante impartir conocimientos a todas las madres del programa de alimentación debido a la mala calidad del agua que es suministrada en la región y que está poniendo en peligro la salud de los niños y las niñas del comedor. No es una tarea fácil conseguir el cambio de hábitos tóxicos que conforman el estilo de vida de las familias del sector, pero seguimos impartiendo los talleres con el propósito de concienciar a las familias de la importancia del tratamiento del agua”, explica una responsable del proyecto.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 1996 Venezuela producía 2.900 millones de metros cúbicos de agua residual municipal, mientras que a fecha de 2009 solamente se trataban 980 millones de metros cúbicos de esas aguas.
La falta de agua potable y saneada, en muchos hogares, conlleva la aparición de problemas serios de salud. “La mayoría de los niños de los comedores han presentado en algún momento problemas de parasitosis, tifus o hepatitis como consecuencia del consumo de agua sin tratar. Patologías, como diarreas y lesiones en la piel como escabiosis (sarna), micosis, dermatitis, etc., son resultado y consecuencia del mismo fenómeno. Por eso son importantes estos talleres”, remarcan los responsables del proyecto Alimentación Venezuela.
Más de dos mil millones de personas en el mundo no tienen acceso a servicios de agua potable, según Naciones Unidas. La escasez de agua afecta a cuatro de cada diez personas y cerca de 340.000 menores mueren cada año por causa de enfermedades derivadas del consumo de agua en mal estado.
En 2018, se beneficiaron 90 familias con este proyecto. Queremos seguir trabajando en la recuperación nutricional de los niños y también en formar a las familias en el tratamiento del agua. Para poder continuar, necesitamos tu apoyo.