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Fuente: Radio Luis de Fuentes-Tarija © 2025.

Fuente: Radio Luis de Fuentes-Tarija © 2025.

Pablo Salazar Canelos, Representante de UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) en Bolivia, está preocupado por el ascenso de los embarazos en niñas menores de 15 años, que han aumentado un 23% en solo 5 años, pasando del 5,18% en 2018 al 6,38% en 2023. La mayoría de los embarazos han sido consecuencia de los abusos sexuales sufridos por las niñas.

De hecho, en Bolivia, los medios de comunicación se hicieron eco el pasado mes de febrero del caso de una adolescente que con 13 años quedó embarazada de su pareja, un muchacho de 14 años. Los respectivos padres autorizaron que se “juntaran”. Se produjo un parto prematuro y el bebé falleció. ¿Por qué? ¿Desnutrición e inadecuada alimentación durante el embarazo? ¿Inmadurez sexual para sobrellevar un embarazo y parto a término? ¿Negligencia obstétrica?  La respuesta a las tres preguntas es afirmativa. No es un caso aislado, solo un trágico ejemplo de un país que ocupa el tercer lugar en los índices de embarazos adolescentes en Latinoamérica ( por cada 1.000 adolescentes se producen 70 nacimientos) además de arrojar una de las tasas más altas del continente. 

Causas

Pobreza – El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas (MEFP) de Bolivia, a finales del año pasado, aseguraba que el índice de pobreza extrema en el año 2023 había descendido al 11,9%, siendo del 13,7% en 2020 y del 12,9% en 2019. El gobierno lo califica como un hito positivo en la historia del país, pero, lo cierto es que a causa de la inflación acumulada, el costo de los alimentos ha subido un 20,09% en cuatro años. Lo que se vive en la calle hoy es una pertinaz desnutrición que afecta a más del 50% de la población. Evidentemente, las personas más afectadas son las mujeres, niñas y adolescentes que viven en zonas rurales e indígenas.

Desnutrición – La OMS ha realizado un exhaustivo estudio sobre las repercusiones a nivel fisiológico que aparecen en los embarazos prematuros destacando la preclamsia, infecciones sistémicas, endometritis tras el parto y abortos espontáneos. Y uno de los factores determinantes de la fragilidad en la salud de las adolescentes prematuras es la desnutrición. Las madres adolescentes suelen presentar deficiencias nutricionales y bajo peso, esto provocará consecuencias irreversibles para la futura madre y el bebé. 

 Violencia sexual – Hasta el mes de abril de este año se han contabilizado en la Fiscalía General del Estado de Bolivia 2.750 denuncias de violación y abuso sexual.  De estos casos 722 pertenecen a menores. Estos datos confirman la grave situación de desigualdad de género que sufren las niñas y adolescentes. El abuso, perpetrado por hombres de su entorno familiar, suele desembocar en embarazos a temprana edad y solo una de cada cien violaciones es denunciada, lo que obstaculiza que las adolescentes sean atendidas adecuadamente. Únicamente si denuncian se activa el Protocolo de la Defensoría del Pueblo, pudiéndose entonces actuar en las causas de la vulnerabilidad de las adolescentes. 

 Violencia obstétrica – El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) este año publicó que en Bolivia el 59,8% de las mujeres sufrían violencia obstétrica, poniendo en peligro la dignidad y la salud de miles de mujeres durante el embarazo, parto y postparto. Datos confirmados por el Observatorio de Violencia Obstétrica en Bolivia (OVO Bolivia).

Para Bolivia es muy costoso ofrecer una atención adecuada en las consultas prenatales, atender al parto y postparto, añadiendo, además, las complicaciones médicas y hospitalizaciones que pueden producirse  en  madres adolescentes pues su cuerpo no está desarrollado ni preparado para sobrellevar el embarazo y, posteriormente, la maternidad.

UNFPA cuantificó en su estudio que el embarazo en adolescentes y la maternidad temprana le cuestan al país 26,5 millones de dólares anuales. Esto equivale al 1,39 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Es evidente que la salud pública de Bolivia, en relación con la maternidad adolescente, está atravesando una grave crisis, y miles de niñas se ven afectadas. 

 Ante esta problemática ¿Qué hacer?

INTERIOR NOTICIAS WEB 1

Los padres adolescentes que perdieron a su bebé en febrero están de duelo y las consecuencias de su intrépido amor no se disiparán fácilmente. Pero existen muchas otras adolescentes que no tienen tanta suerte y que mueren a consecuencia de un embarazo no deseado.

“¿Quién quiere que una adolescente deje de ir a la escuela, deje de jugar, practicar música o deportes? ¿Quién quiere que deje de abrazar la vida con todas sus oportunidades para convertirse en madre tempranamente? ¿Quién quiere que una niña muera por causas relacionadas con el embarazo, el parto o el postparto?” Nos cuestiona Susana Sottoli, columnista de El País.

¿Cómo revertir la situación de una adolescente que, al quedar embarazada, ha perdido todas estas oportunidades, y que su salud y su vida corren peligro? Desde hace décadas se han erigido asociaciones solidarias que invierten en programas para dar apoyo a madres adolescentes en Bolivia. En Santa Cruz de la Sierra dos centros trabajan incansablemente para atender a las menores embarazadas que provienen de situaciones muy vulnerables. Uno de ellos es El Faro, sostenido por donativos que recoge Alianza Solidaria y que se emplean en la atención integral de cada menor. Es un proyecto ideado específicamente para madres adolescentes, que contempla no solamente su cuidado y tratamiento de su trauma sino, también, reanudar su formación y capacitarlas para que puedan cuidar de sí mismas, y de sus hijos desarrollando una vida autónoma y socialmente integrada.

Alianza Solidaria
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