El abandono escolar o desconectarse del sistema educativo virtual por falta de herramientas tecnológicas y/o apoyo escolar nunca debería ser el camino a seguir de ningún niño, sea cual sea su condición socio-económica.
Pero es un riesgo real. La falta de medios informáticos y de telecomunicaciones está llevando a muchos niños y niñas no sólo al analfabetismo digital, sino también al abandono de los estudios. Es el caso de dos hermanas que estuvieron a punto de desertar de sus estudios.
Laura y Silvia tienen 7 y 12 años. Viven en una pequeña población pesquera con muy pocos recursos. Su casa, construida por su padre con paneles viejos, con suelo de tierra y tejado endeble, es su hogar. Su madre estudió hasta 10º grado, se encarga de las tareas del hogar y de criar algunos cerdos con las sobras que obtienen de algunos restaurantes cercanos. Su padre, que no terminó los estudios primarios, trabaja en lo que puede. Antes vivían de la pesca y de hacer portes con su bici-taxi. Ahora hay muy pocos peces y demasiadas bicis para conseguir el dinero suficiente, así que cuando puede, trabaja en la construcción o en cualquier otro trabajo que le salga.
Cuando llegó la pandemia los problemas se agudizaron. Sólo disponen de un teléfono móvil antiguo que únicamente permite realizar llamadas y recibir mensajes de texto. El padre lo lleva consigo cuando va a pescar por si hubiera alguna emergencia. Con la imposibilidad de tener un buen móvil, ordenador y/o tableta la educación de Laura y Silvia estaba condenada al abandono escolar, sin nada que hacer en casa y sin la posibilidad de desplazarse al colegio, porque las escuelas siguen cerradas por segundo año consecutivo y la enseñanza sigue siendo sólo virtual.
Las maestras se han esforzado durante todo este tiempo en preparar materiales y llevarlos a su casa para que puedan seguir estudiando. Sin embargo, el desfase educativo, hoy por hoy, sigue existiendo. Los padres están muy agradecidos por toda la ayuda prestada, pero saben que sus hijas necesitan más: necesitan tener acceso a un aula informática para resolver las lagunas que tienen.
A través de la experiencia de Laura y Silvia podemos ver lo necesario que es ayudar a los niños más vulnerables a continuar con sus estudios, a tener acceso a ordenadores, internet, apoyo escolar… todo ello cerca de sus casas. Necesitan ayuda para salvar la barrera tecnológica que les está impidiendo educarse y tener un futuro más halagüeño por delante. Como hemos visto, sus padres no tienen los recursos necesarios para hacerlo. Ya tienen muchas dificultades para alimentarlas y vestirlas; por no hablar de la propia falta de formación escolar que les impide apoyarles en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Necesitan ayuda extra para tener las mismas oportunidades que los otros niños. Y es aquí donde Alianza Solidaria quiere incidir y donde necesitamos tu ayuda para la creación de aulas de informática, en los centros educativos con los que trabajamos, y también, con la apertura de aulas digitales de barrio donde los niños más vulnerables como, Laura y Silvia, puedan tener acceso tanto a la tecnología que necesitan para seguir estudiando, como a Internet y a personal formado que les ayude con la continuidad de sus estudios.
Te animamos a colaborar con nosotros en este proyecto. A impactar las vidas de los niños más vulnerables ofreciéndoles aquellos recursos tecnológicos, informáticos y personales que les permitan reengancharse al sistema educativo y mejorar sus expectativas futuras.
¿Te animas a conectarte al proyecto Conectando? Puedes colaborar con 5€, 10€, 20€…