Restaveks literalmente significa “quedarse con”, pero encierra una terrible realidad para muchos de los cuatro millones de menores que viven en Haití: ser un esclavo o niño obrero. Sus padres biológicos, desesperados ante la extrema pobreza que se vive en el campo haitiano -sin posibilidad para alimentar, vestir y educar a sus hijos- deciden darlos para que sean cuidados, amados y educados por familias más ricas en la ciudad. Estos pequeños son entregados a familiares o a intermediarios (realmente traficantes de vidas humanas) a cambio de entre 100 y 200 euros, que deben esforzarse por conseguir, para poder ofrecer una mejor vida para sus hijos. Nada más lejos de la realidad. Probablemente nunca volverán a verlos. Sus hijos, en vez de una vida mejor, vivirán la explotación y la esclavitud infantil.
¿A qué se dedica realmente un Restavek? Pues un Restavek trabaja de sol a sol a cambio de una esterilla para dormir en el suelo y unas pocas sobras de comida. Muchos no tienen ropa ni calzado con que vestirse. Aunque sean muy pequeños eso no impide que tengan que trabajar muy duro. Muchos son esclavizados como sirvientes en casas donde tienen que limpiar, barrer, cocinar, trasportar agua varias veces al día, lavar coches, lavar ropa, fregar suelos… Otros tendrán que mendigar para sus dueños, otros serán esclavos sexuales,… e incluso, a algunos les obligarán a participar en peleas para apuestas clandestinas. Si el niño o la niña trabajan demasiado despacio, no hacen lo que se les pide o no están en el lugar adecuado, serán duramente azotados. Sus “dueños” o “tíos”, como se les llama, buscan que trabajen lo más posible. Cuando se habla con ellos no tienen conciencia de que lo que están haciendo está mal. La ley no lo penaliza, por lo que no están cometiendo ningún delito.
Muchos de estos niños, unos 50.000 al año, serán vendidos a República Dominicana donde vivirán estas mismas circunstancias. Los militares en la frontera, hacen “la vista gorda”, y dejan pasar a adultos con unos cuantos niños indocumentados, a cambio de unos pocos dólares. Un negocio muy lucrativo para muchos.
Hay entre 200.000 y 300.000 niños Restavek en Haití. El número exacto no se conoce. Son invisibles porque viven en los patios traseros, haciendo tareas domésticas… no van a la escuela, no tienen papeles, no están registrados sus nacimientos… y a nadie le importa. Saben que no son como los otros niños que tienen madres y padres; que son diferentes y que deben trabajar duro para poder seguir con vida.
Ahora que ya conoces qué es un «Restavek», ¿Qué harás? Te ofrecemos una forma practica de cambiar esta realidad, colaborando con nosotros, a través de donativos de 10€, 15€, 20€… puedes hacerlo posible.