
Marilyn en su casa
Marilyn nació en la provincia de Huaraz, rodeada de montañas, pero marcada por la pobreza. Su familia, compuesta por ella y nueve hermanos, decidió mudarse a Lima en busca de una vida mejor. Sin embargo, la realidad fue dura: trabajaban cuidando casas y vivían en condiciones precarias.
La tragedia llegó cuando Marilyn tenía nueve años: su madre falleció. El dolor y la incomprensión la empujaron a escapar de casa. En las calles, sobrevivía vendiendo caramelos y cantando en los semáforos. Pronto conoció a otros niños en su situación, quienes se convirtieron en su nueva familia. Pero la calle también la llevó a inhalar terokal, una sustancia tóxica usada para calmar el hambre y la tristeza, lo que la sumió en una peligrosa adicción.
Fue rescatada y llevada a un albergue por un año. No obstante, al volver a casa, encontró la misma violencia e indiferencia, lo que la obligó a huir nuevamente. Así vivió, entre albergues y la calle, durante años.
A los 22 años, el nacimiento de su primera hija marcó un nuevo capítulo. Sin estabilidad, su padre y hermano se encargaron de la niña. Posteriormente, Marilyn tuvo otro hijo con una nueva pareja, pero las condiciones siguieron siendo difíciles. Con la esperanza de mejorar su situación, se mudó a Huaraz, donde dio a luz a gemelos. Sin embargo, la violencia doméstica persistía. Su pareja la maltrataba física y verbalmente, afectando gravemente a toda la familia.
La situación se agravó cuando las autoridades intervinieron. La Unidad de Protección Especial le retiró a su hijo mayor de 13 años y lo trasladó a un albergue en Lima. Marilyn, desesperada, viajó para verlo. Pero tras salir del albergue, el niño fue atropellado y murió. Marilyn también fue atropellada al intentar salvarlo, sufriendo fracturas que derivaron en una discapacidad física permanente.
A pesar del dolor, logró separarse de su agresor y quedó sola con sus gemelos. Hoy sobrevive pidiendo dinero en las calles, expuesta a muchos peligros. Vive en Chontayoc, en un cuarto prestado, pero gracias a la solidaridad de los vecinos, obtuvo un terreno propio. Su mayor anhelo es construir una casa con servicios básicos donde sus hijos puedan vivir con dignidad.
Desde hace meses, el proyecto Turmanyé, con apoyo de Alianza Solidaria, trabaja para mejorar su calidad de vida. Al principio, Marilyn temía que le quitaran a sus hijos, pero comprendió que el objetivo era fortalecer su familia. A través de visitas domiciliarias, atención médica, entrega de víveres y orientación, se busca que sus hijos continúen sus estudios y ella recupere parte de su independencia.
- MARILYN Y SUS HIJOS
- MARILYN MENDIGANDO
- COCINA DE LA FAMILIA
- CASA QUE CUIDA
La relación con su familia sigue siendo distante. Tiene poco contacto con su padre y hermanos en Lima, y su hija mayor, criada por ellos, no la reconoce como madre.
Desde el proyecto Turmanyé en Perú, apoyado por Alianza Solidaria, intentamos a ayudar a familias como Marilyn para que dejen de mendigar y puedan salir adelante.
Con tu donativos de 10€, 15€, 20€… puedes hacerlo posible