Cuando el gobierno de Colombia decretó el cierre de las escuelas, una entre las diferentes medidas relacionadas con el confinamiento y la prevención para afrontar la propagación del coronavirus, muchos padres manifestaron su deseo de seguir contando con una educación basada en valores cristianos para sus hijos, a pesar de todo. “Esto ha sido motivador para nosotros como responsables del centro”, dicen desde una de las escuelas cristianas que apoya Alianza Solidaria en el país.
La decisión de cerrar los centros no ha ido acompañada de garantías de provisión para las familias más vulnerables, sector al que pertenecen gran parte de las familias que conforman los colegios. “Viven del día a día, en su gran mayoría, y sólo unos pocos se dedican a oficios varios. Y a estos últimos, en estos días, les han sido suspendidos sus contratos hasta superar la crisis. Ellos no tienen ahorros y, casi todos, viven de alquiler con temor a ser desahuciados”, explican los responsables de los centros.
Por todo ello, y a pesar de esta situación, desde los colegios se han mantenido algunas actividades a distancia. Más allá de la metodología que el gobierno ha preparado para continuar con las clases académicas, a través de plataformas virtuales y sobre todo de fotocopias, en las escuelas apoyadas por Alianza Solidaria las docentes han puesto en marcha iniciativas, mediante los diferentes medios que están a su alcance, para orientar a los niños y sus padres en el desarrollo de los talleres, haciéndoles llegar fotocopias de materiales y realizando llamadas telefónicas y videollamadas por whatsapp, si tienen acceso a un dispositivo inteligente, para resolver dudas y hacer el seguimiento de los alumnos.
Además, también se ha continuado con la capacitación del profesorado, formándolos con contenidos online en colaboración con la organización ACSI, y con la Escuela de Padres, mediante talleres y material de información para el cuidado y prevención personal, familiar y la pacífica convivencia en estas circunstancias.
Las escuelas también han realizado entregas de alimentos puerta a puerta, o a través de llamadas a las familias más vulnerables, con el objetivo de “mitigar en algún grado la falta de alimento que es notoria en nuestra comunidad y que en esta circunstancia se ha agravado”. Entre los alimentos entregados hay hasta 400 mangos que se han recogido directamente de los árboles frutales plantados en las instalaciones de los colegios.