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Sostenibilidad es un término que nos suena y que entendemos a qué se refiere, porque se ha popularizado el hablar de sostenibilidad en diversos ámbitos desde los medios de comunicación. Así, hablamos de desarrollo sostenible, como aquel modo de progreso que mantiene el equilibrio en el uso de los recursos de hoy, sin poner en peligro los recursos del mañana. Pero también hablamos de sostenibilidad ambiental, que es la pone el acento en preservar la biodiversidad, sin tener que renunciar al progreso económico y social; de sostenibilidad social, como aquella que propicia la cohesión y estabilidad de la población; o de la sostenibilidad económica, como la que busca que una actividad sea rentable, pero teniendo en cuenta también las repercusiones que puede tener a nivel ambiental y social.
Pero el concepto de sostenibilidad se empezó a usar hace dos décadas en el ámbito de la acción social. Lo que había detrás de este término era el concepto de que un proyecto social debiera generar recursos por sí mismo con los que cubrir sus necesidades.

Se trataba de contrarrestar los ataques que recibía la ayuda social de ser meramente asistencialista. Es decir, asistir o cubrir una necesidad, pero generando, al mismo tiempo, mantener la dependencia de esa población de la ayuda externa. Lo que se pretendía era que los proyectos sociales establecieran, además, actividades que generaran recursos para su sostenimiento y no dependieran de otros.

Esta contraposición es falsa. No siempre las causas que provocan una situación de necesidad pueden ser cambiadas o transformadas por la acción que tome una sola entidad, ni siquiera pueden generar recursos por sí mismos. Pero el objetivo que se tiene en mente cuando se plantea un proyecto, desde la óptica de la sostenibilidad, es que el proyecto, con el paso del tiempo, dependa cada vez menos de ayuda externa, y cada vez más de la involucración de la comunidad en la que asienta el proyecto, de manera que se asegure su continuidad, aún y cuando, la entidad que lo inició se retire y la situación permanezca.

Así que cuando hablamos de un proyecto auto-sostenible, lo que queremos decir, es que vamos a invertir en una situación, para empezar un proceso de transformación que permita mejorar la situación de necesidad de la que se partió y sostener el proceso en el tiempo.

El generar proyectos auto-sostenibles debiera ser la aspiración de cualquier ONG que busca empoderar la población con la que trabaja, de tal manera que, con el tiempo, se valgan por sí mismos. Esta aspiración es más pertinente, si cabe, ahora que vivimos tiempos tan inciertos a consecuencia del Covid-19

Francisca Capa Espejo

Médico y Pdta. de Alianza Solidaria

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