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El equipo del comedor social de Riohacha ha seguido asistiendo a niños y niñas venezolanos migrados, pero también ha recibido a madres embarazadas y lactantes por ser un colectivo vulnerable.

La situación en la frontera entre Colombia y Venezuela se ha agravado a lo largo de 2019, mientras el flujo de personas que cruza la línea territorial de un país al otro ha seguido aumentando. Da prueba de ello el comedor social que Alianza Solidaria apoya en el municipio colombiano de Riohacha, al que en el último año han llegado más personas, muchas de las cuales viven en las calles, en condiciones insalubres y sin documentación.

Gracias a donativos de hermanos españoles en 2019 se pudo equipar mejor el comedor y por ello se ha aumentado la atención a más niños y niñas, ofreciéndoles dos comidas diarias, y se han comenzado a preparar complementos alimenticios para bebés de entre 0 y 2 años. Además, se ha asistido a mujeres embarazadas y a madres lactantes por ser un colectivo en situación de vulnerabilidad, contando con la solidaridad de muchas madres venezolanas que llevan más tiempo en la localidad y que han decidido colaborar como voluntarias.

La situación de ilegalidad en la que se encuentran muchos menores, sin embargo, hace que no les sea posible inscribirse en una escuela, ni acceder a una educación oficial. Por ello, desde Alianza Solidaria se ha procurado también la inclusión educativa de estos menores y durante 2019 se ha logrado que 60 de ellos puedan ser escolarizados. Asimismo, se han continuado los cursos de Escuela para Padres, para que estos puedan formar a sus hijos en el entorno doméstico mientras no puedan acceder a estudios oficiales.

Una hamburguesa para Yenís

Una de esas niñas es Yenís, y le encantan las hamburguesas. Tanto que, a veces, las dibuja, como recuerdo. En el comedor, la Navidad pasada, prepararon una hamburguesa especialmente para ella, después de descubrir a través de sus dibujos que este era el mayor de sus deseos. Yenís vive en un cuarto de alquiler con su madre y su hermano. Desde el comedor aseguran que disfrutó su regalo especial y se mostró muy agradecida.

Todo el trabajo de asistencia física y educativa que se lleva a cabo en Riohacha se hace desde una perspectiva cristiana y la atención espiritual forma parte del proceso de cuidados y de relaciones rutinarias, a través de actividades infantiles para conocer la Biblia, consejería pastoral para las familias y acompañamiento personal, como en el caso de Yenís.

Decenas de niños se han visto beneficiados por la esta labor en 2019, queremos seguir proveyéndoles de un plato de comida cada día. Queremos continuar con esta labor en 2020 ¿te unes?

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