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2021 un año para contrarrestar, o parar, los efectos del Covid sobre nuestros niños.

No podemos volver atrás por causa de la pandemia. Hemos trabajado mucho para ofrecer a los niños indígenas la posibilidad de tener una educación. En 2021 trabajaremos para reforzar el aprendizaje de los niños en sus domicilios y así contrarrestar el fracaso escolar.

A lo largo de los últimos 15 años AS, a través del programa Turmanyé, ha venido trabajando en las comunidades indígenas, la puesta en marcha de escuelas bilingües de primaria, donde no existía ninguna. Estamos muy contentos por la labor realizada y por todo lo conseguido. Te invitamos a ver la revista del 2019 dedicada exclusivamente a esta labor. Pero la pandemia podría echar abajo la labor de todos estos años.

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Los datos referidos a la población de América Latina que arrojan organismos oficiales en zonas urbanas son desastrosos, y más aún lo son si se refieren a poblaciones indígenas. “Según la Cepal, el número total de personas bajo el umbral de la pobreza será de 209 millones a finales de 2020, 22 millones más que al cierre de 2019. De ellos, 78 millones serán pobres extremos, ocho millones más que un año antes…Todas estas tendencias se agudizan en las zonas rurales y en las de mayor prevalencia de población indígena.” El País

Unicef recoge “Unos 214 millones de niños en todo el mundo –1 de cada 7- han perdido más de tres cuartas partes de su aprendizaje presencial. El cierre de escuelas tiene consecuencias devastadoras para el aprendizaje y el bienestar de los niños.”

En las comunidades quechuas, como en todo el Perú, desde el mes de abril el año escolar se ha limitado a un programa denominado «Aprendo en casa», que se ha transmitido por internet, televisión y radio. Sin embargo en la zona rural (que es nuestro ámbito de trabajo), los niños han tenido serias limitaciones para sus estudios porque no tienen los medios tecnológicos para conectarse a internet, y aunque tuvieran un dispositivo, la cobertura es intermitente o nula. La mayoría de ellos ha usado televisión o radio (los que la tienen), pero en todos los casos sin poder interactuar con sus profesores, ni con sus compañeros. Han enviado sus tareas escolares a través del móvil de sus padres (los que lo tienen). Pero la mayor dificultad que han afrontado es que sus padres no tienen el nivel educativo que les permita ayudar a sus hijos en las tareas escolares (a veces ni saben leer, ni hablan castellano), siendo esto la causa principal por la cual el 50% de los niños han abandonado sus estudios.

En 2020 también pudimos observar que el trabajo realizado con los padres, a través de los talleres de fortalecimiento de familias (escuela de padres), ha tenido sus frutos.

Los indígenas son poblaciones cerradas y con mucha reticencia a lo ajeno, pero durante la pandemia ellos mismos solicitaron ayuda de refuerzo escolar para sus hijos a la misionera de la zona. Y también propusieron que se pusiera en marcha el programa vacacional.

Esta situación se va a extender, al menos, al primer semestre del 2021 porque las clases seguirán siendo virtuales. Por lo que, desde Turmanyé se está trabajando para ofrecer el apoyo necesario, para reforzar el aprendizaje de los niños en sus domicilios.

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