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Venezuela

comedores sociales

Desde AS se trabaja en la reapertura de los comedores sociales en diferentes comunidades de Maracaibo, que antes de la pandemia  estaban operativos, y aseguraban una comida diaria a 200 niños en situación de vulnerabilidad.

​“Ciudades como Maracaibo, antiguo epicentro de la producción petrolera, se encuentran sin servicio de electricidad y sin agua potable la mayor parte del tiempo. Los niños no asisten al colegio en este momento, en parte debido al COVID, pero también por las precarias condiciones en las aulas de clases”, subraya Hernán Bravo, coordinador de los comedores sociales.

Para la puesta en marcha de los comedores sociales en esta nueva etapa se va a contar con la participación de los líderes de las iglesias y de comunidades locales. Para ello se ha capacitado hasta ahora a 20 cuidadores y a 16 responsable de iglesias.

Objetivo 

Recuperar y/ o mantener la salud nutricional y emocional de 200 menores de 15 años, suministrando una comida equilibrada 5 veces por semana, brindándoles apoyo en su recuperación emocional y de las relaciones familiares afectadas por la pandemia.

¿Cómo lo vamos hacer?

  • Comprando alimentos a un proveedor en Colombia, que los entregará en Venezuela distribuyéndolos  a los  3  comedores sociales que estamos apoyando
  • Ofreciendo cada día una comida y merienda nutritiva a los niños
  • Ofreciendo atención social, educativa y espiritual a través del desarrollo de actividades lúdicas en las diferentes instalaciones de los comedores sociales
  • ​Capacitando a las familias en el cuidado de la salud emocional de los niños

Impacto 

  • 200 niños nutricionalmente saludables
  • 180 familias (1010 personas) identifican y procesan los problemas emocionales, y relacionales,  que se pudieron generar por la Covid-19
  • 200 niños resilientes frente a las condiciones de su entorno familiar y comunitario

Quiero colaborar

Me gustaría colaborar y ser parte de este proyecto.

¿Por qué son necesarios los  Comedores Sociales en Venezuela?

De acuerdo con recientes investigaciones conducidas por agencias de las Naciones Unidas y ONGs Internacionales como Oxfam en Venezuela hay mas de 9 millones de personas enfrentando inseguridad alimentaria.

Este número se ha incrementado por la crisis generada por la Covid-19, en el país ya que ha disminuido aún más la capacidad de las familias de generar ingresos o de buscar los alimentos en los diferentes puntos de la ciudad donde se pudieran conseguir debido al confinamiento.

Agravando aún más la situación, la escasez de gasolina se ha incrementado en los últimos meses lo que genera un mayor número de horas sin electricidad para los hogares esto tiene un impacto directo sobre la nutrición ya que la única forma de comprar alimentos es a través de puntos electrónicos.

Los venezolanos no solo tienen que buscar donde hay comida sino también donde hay electricidad para adquirir su alimento día por día. Es una batalla diaria por la supervivencia. A esto se suma la imposibilidad de mantener alimentos refrigerados debido a la falta de electricidad.

Desde hace ya más de un año la población no recibe agua potable, en algunos casos no recibe agua durante varios días, obligándoles a usar aguas de fuentes contaminadas como riachuelos o vertederos de agua.

Aunque las cifras de muerte por desnutrición continúan siendo un secreto bien guardado del gobierno, The New York Times publicó una noticia, basada en una investigación durante 5 meses en Venezuela, donde reproducía testimonios de médicos indicando que sus salas de emergencias están saturadas de menores con desnutrición severa.

En la ciudad de Maracaibo se realizó un estudio en niños menores de 10 años, encontrando que más del 60% presentaban algún grado de desnutrición y que el 30% está en alto riesgo de caer en desnutrición severa.

Un factor perverso añadido a esta situación es la falta de agua potable, lo que favorece la aparición de enfermedades de trasmisión hídrica, como diarreas y parasitosis intestinales recurrentes, especialmente dañinas entre los niños ya que agravan la desnutrición.