Haití es el país con menor Índice de Desarrollo Humano del continente Americano y uno de los 5 países más pobres del mundo.
El País tiene 27.750 km2. de los cuales 190 km2 corresponde a lagos interiores, sólo el 28,11 % del territorio es cultivable. El ingreso per cápita es de 1.200 dólares americanos al año, y su sistema productivo se divide en: 25% agricultura, 16 % industria y y 59 % servicios.
La trayectoria de Haití se caracteriza por inestabilidad institucional y carencias económicas. Desabastecimiento de productos básicos y una inflación galopante. Conviven con la corrupción, una economía maltrecha y emergencia social. El 60% de la población vive con menos de 2 dólares al día y más de 2,5 millones de haitianos viven por debajo de la denominada línea de pobreza “extrema”.
La edad media de la población es de 23 años. El 70% tiene menos de 35. La media de vida en los hombres es de 61 años y en las mujeres de 64. «Haití no produce casi nada». «En 2017, el balance comercial se encontraba en déficit por más de un 35% del PIB». El país está en desamparo económico, endeudado con numerosas organizaciones internacionales en un 17% del gasto total, lo que hace imposible construir hospitales, centros de salud, escuelas o universidades».
Por su ubicación, también es vulnerable a repetidas catástrofes naturales. Los huracanes golpean el país frecuentemente. Los terremotos desatan a menudo su furia en estas tierras. Como en 2010, con una magnitud de 7,3 en la escala de Richter, que arrasó el país entero y más de 220.000 personas murieron. Todo esto despertó una “ola de solidaridad. «Haití es el país con mayor número de ONGs por habitante».
El desempleo sobrepasa el 40% del país. En muchos lugares impera la anarquía. Hay más de 11.000 presos hacinados en cárceles, con menos de 1m2 por persona y encerrados 23 horas al día.
Una sequía persistente que afecta a gran parte del país elevó la cantidad de personas que viven en situación de inseguridad alimentaria a un tercio de la población. El cólera, endémico en este país, se ha cobrado más de 9.300 vidas y ha infectado a más de 780.000 personas en cinco años.
Uno de cada dos haitianos, mayor de 15 años, es analfabeto. Una de las máximas prioridades de derechos humanos en Haití son las acciones para erradicar el analfabetismo. Más de 200.000 menores no están escolarizados. La calidad de la educación es baja, y el 90 por ciento de las escuelas son administradas por entidades privadas que demandan mensualidades prohibitivas para familias de bajos ingresos. En marzo, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU instó a Haití a establecer un marco regulatorio más amplio para los proveedores de educación privada, y a realizar un seguimiento periódico de estos, a fin de asegurar que, entre otras recomendaciones, cumplan con los estándares de calidad e informen habitualmente a las autoridades relevantes sobre sus operaciones financieras, incluidos las mensualidades y los salarios en las escuelas (HRW). Entre 225.000 y 300.000 niños trabajan como restavèks (tareas domésticas). A menudo, estos menores no reciben pago alguno ni tienen acceso a educación, y son abusados física o sexualmente. Miles de haitianos siguen viviendo en campos de desplazados, donde tienen acceso limitado o nulo a servicios básicos, como agua, inodoros, servicios de salud y escuelas.
Fuentes: BBC, Le Monde, Le Nouvelliste, France 24