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Desde hace años, Líbano se encuentra en una espiral descendente política, económica y social, que se intensificó en 2020 con la destrucción de las reservas de grano a raíz de la explosión que tuvo lugar en el puerto de Beirut y que ahora ha agravado enormemente la guerra de Ucrania por las dificultades que hay para exportar grano a otros países; Líbano entre ellos. La crisis económica, y la inflación sin control, ha conducido a que cerca del 80% de la población del país viva ya por debajo del umbral de pobreza.

Líbano acoge a más de 1,5 millones de refugiados provenientes de Siria. Y según ACNUR, el 90% de los refugiados sirios se encuentran en situación de extrema pobreza.

En este contexto trabaja Alianza Solidaria en Líbano. Responsables del proyecto allí comentan que “la mayoría de los precios en el mercado están cambiando constantemente y nadie puede realmente dar un precio estable, especialmente en liras libanesas. Por otra parte, no siempre se puede encontrar lo que se necesita, ni siquiera algo tan básico como el pan”; esto es debido a que la inflación alimentaria está ya en un 150%, poniendo en situación de crisis extrema a las familias más vulnerables, especialmente a los niños.

Nos preocupaba el impacto que esta situación podía tener sobre los niños que acudían a nuestra escuela; que el hambre obligara a los padres a enviarlos a trabajar, a mendigar, o a buscar comida entre la basura, privándoles de la oportunidad de acudir a la escuela, como ya estaba empezando a ocurrir. Los responsables del proyecto, nos decían cuando proponían que había que tomar medidas: “lo que queremos es salvar a los niños”.

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Es por esto, que desde el último trimestre del 2022, se ha puesto en marcha un programa de reparto de alimentos entre las familias de los niños de nuestra escuela pero que, dada la situación, se ha extendido también, a las familias más vulnerables del entorno, que no reciben ningún tipo de ayuda de ninguna otra organización y con hijos que sostener. Semanalmente se reparten cestas de comida (con alimentos como para un mes) a 50 familias, con lo que mensualmente proporcionamos alimentos a 200 familias y alrededor de 1.200 personas son beneficiadas.

 

Entre todos podemos impedir que un niño o niña que vive en los campos de refugiados dejé de estudiar por causa del hambre. Colabora con este proyecto con donativos de 10€, 15, 20€…

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